sábado, 14 de abril de 2012

Reporte Angelides

EL REPORTE ANGELIDES
Humberto Hernández Haddad
Harvard

El documento oficial “Reporte Final de la Comisión Investigadora sobre la Crisis Financiera en los Estados Unidos” (Financial Crisis Inquiry Commission) fue entregado en enero de 2011 al Presidente y al Congreso de los Estados Unidos, con los hallazgos y recomendaciones obtenidos después de 18 meses de investigación.

A lo largo de sus 545 páginas, los diez miembros de esa Comisión exponen sus conclusiones sobre las causas y los causantes del asombroso quebranto financiero que derritió el sistema bancario de los Estados Unidos con efectos globales de contagio tóxico. (“The Financial Crisis Inquiry Report”, Editorial Public Affairs, Perseus Books Group, enero de 2011).

Analistas financieros estadounidenses lo bautizaron como el Reporte Angelides, por ser Phil Angelides el presidente de esa Comisión Federal independiente investigadora, compuesta por 6 demócratas y 4 republicanos, creada en mayo de 2009 mediante decreto del Presidente de los Estados Unidos, con la aprobación del Congreso de Washington, para examinar por mandato estatutario una agenda de 22 temas que subyacen detrás del colapso de varias instituciones financieras de los Estados Unidos. Todo esto en cumplimiento de la ley federal Fraud Enforcement and Recovery Act, complementaria de la ley federal Troubled Asset Relief Program (TARP) que es otro brazo indagatorio a cargo de un panel de investigación del propio Congreso de Washington, dotado de un Inspector General Especial.

En el curso de esa investigación fueron citados a declarar más de 700 testigos. Comparecieron representantes no solo de los gigantes financieros en crisis, sino también los directivos de la Reserva Federal, el Departamento del Tesoro y la Comisión Bancaria y de Valores, entre otras agencias regulatorias federales en cuyas esferas de responsabilidad descansaba la supervisión directa de las actividades financieras que inexplicablemente nunca detectaron o sospecharon que fueran irregulares.

Los datos que aportan son contundentes: “Al cierre de este Reporte más de 26 millones de estadounidenses se encuentran sin trabajo, cerca de 4 millones de familias han perdido sus casas en remates y otras cuatro y medio millones han escapado al remate de sus casas pero se encuentran atrasados en el pago de sus hipotecas. Cerca de 11 millones de millones de dólares en capital inmobiliario se han esfumado… El impacto de esta crisis lo resentirá una generación, sin tener a la vista un camino fácil para recuperar el vigor económico.”

Los Comisionados explican que se plantearon esta pregunta fundamental: “¿Cómo fue posible que en el 2008 los Estados Unidos se viera forzado a escoger entre dos alternativas, -igualmente dolorosas-, entre el riesgo de un colapso total de la economía y del sistema financiero, o inyectar millones de millones de dólares al sistema financiero y a un grupo de compañías, mientras millones de estadounidenses perdían sus trabajos, sus ahorros y sus casas?”

Un aspecto de ese dilema se explica en los cambios que experimentó el sistema financiero estadounidense, que lo llevaron a convertirse en la fuerza dominante de la economía de ese país. Por ejemplo, la deuda en poder del sistema financiero creció de 3 millones de millones de dólares en 1987 a 36 millones de millones de dólares en 2007. Las firmas de Wall Street pasaron de ser sociedades privadas en su mayoría, a transformarse en corporaciones con accionistas bursátiles tomando riesgos más altos y complejos. En el 2006, las utilidades del sector financiero constituían 27% de todas las utilidades corporativas de los Estados Unidos, comparado con 15% que representaban en 1980.

La Comisión concluye que esta crisis podía haberse evitado, que es resultado de la acción humana y de omisiones por parte de los entes regulatorios que fallaron en su tarea supervisora y con ello devastaron la estabilidad del sistema financiero de los Estados Unidos. También jugó un papel importante la combinación de préstamos excesivos, inversiones riesgosas y falta de transparencia, que pusieron al sistema en curso de colisión con el hecho de que el gobierno de ese país no estaba preparado para esa crisis que los sumió en una profunda recesión.

Los Comisionados identifican otros actores contribuyentes de esa catástrofe como los instrumentos especulativos sintéticos de derivados financieros, sumado con la falla de las tres agencias calificadoras de riesgo crediticio, a las cuales acusan de ser: “facilitadores claves del derretimiento financiero”. El Reporte advierte que mientras no se corrijan las fallas y omisiones del marco regulatorio del sistema financiero ese tipo de crisis puede repetirse con consecuencias catastróficas de mayor profundidad y costo que las que hemos visto hasta ahora.

Leyendo el Reporte Angelides, se puede entender el papel que juegan ciertos grupos financieros internacionales, como fue el BCCI, en la captura de los entes regulatorios, con el riesgo de que puedan llegar a colapsar no solo a la economía sino también a las instituciones políticas, empujando países a la condición de Estado fallido, por falta de legalidad, transparencia y rendición de cuentas. Por ello, es urgente que México proponga al gobierno de Estados Unidos la instalación de una “Comisión Binacional de Investigación sobre las Causas de la Violencia del Narcotráfico en México”, integrada por expertos de ambos países, con participación de los dos Congresos, para que en un plazo determinado entregue sus resultados a los dos gobiernos.

Ahí saldrían a la luz los nombres de quiénes crearon desde los círculos financieros, empresariales y políticos de la narco-economía internacional la ola de violencia que tiene sumido a México en una crisis que asombra a todo el mundo.

Mientras más se retrase esa investigación binacional, más difícil de reparar será la tragedia socio-económica que causaron en México.

Abogado por la UNAM, fue Diputado Federal, Senador de la República y Cónsul General de México en Estados Unidos.

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