sábado, 19 de julio de 2008

1987 y el Nuevo Capitalismo Financiero












Crashes-1987
Por Juan Ramon Jimenez de León
Economista, Académico y Periodista
http://www.yumka.com/


El crac de 1929, en donde el Índice Bursátil más importante, el Dow Jones {conformado por las mayores 30 gigacorporaciones de los Estados Unidos} perdió 12.8% en un solo día, el 29 de octubre, y en valor fue de 14,000 millones de dólares; en octubre 19 de 1987, el Dow perdió 22.6%, lo que significaron perdidas de 500,000 millones de dólares. Un crac es visible cuando el índice cae 5%, en estos dos crashes, el desplome superó el 5% fácilmente. Hoy 26 de marzo del 2008, el Índice Nikkei de Japón se desplomó 38.59%, lo que refleja que la segunda economía mundial esta ya en una crisis profunda. En 1987, el movimiento de a la baja del S&P 500 {que incluye a las 500 grandes corporaciones de EUA} fue de 33.5%, mientras que en el periodo 2000 a 2002 fue de 49% (en este lapso la mayor baja en un día fue menor al 6%).
Sin embargo, su impacto a mediano y largo plazo fue menor, a diferencia de la caída de cámara lenta entre 2000 y 2002. ¿Por qué fue menor el impacto? Hay dos motivos. Uno, que el desequilibrio en los años ochenta fue menor. Si bien la apreciación promedio anual en los cinco años previos al pico del ciclo fue de 24.4% en 87 contra 22.9% en 2000, la razón precio a utilidad por acción (P/U) que es un múltiplo muy importante de la cintilla bursátil, era de 20 veces a mediados de 87 contra 30.5 veces al cierre de 1999. El llamado índice Q de James Tobin.






¿Que pasó en 1987?.

Una de las teorías para explicar que pasó en 1987, es que Wall Street estaba embarcada en la adopción del Capitalismo Tecnológico ( Internet, nanotecnologias, Data Warehouse, Biotecnología, Downsizing/Outsourcing, etc, es decir la computación para poner en línea las operaciones, entonces el error se dice que fue computacional, es decir, las maquinas estaban programadas a vender cuando ciertas condiciones se dieran en el mercado, y así sucedió, todas las computadoras empezar a vender y el pánico se adueño del mercado, es decir al empleo de estrategias automatizadas de manejo de cartera idénticas por muchos agentes.

Algunos culpan a las expectativas de caídas en el dólar por la falta de acuerdos en el G7,
cuando la inflación estaba subiendo y el precio del oro llegaba a los 800 dólares la onza troy. En todo caso, el impacto macro fue menor, en parte por la oportuna intervención de la Reserva Federal a cargo del entonces novato Alan Greenspan. El crecimiento del PIB estadounidense bajó apenas de 3.5% en 1986 a 3.4% en 1987. Contrastan estas cifras con la baja en el ritmo de expansión de 3.7% en 2000 a 0.8% en 2001 y 1.6% en 2002. Asimismo, en los ochentas el mercado de acciones simplemente no tenía el mismo peso y, por tanto, no incidía tanto en las decisiones de consumo e inversión. Basta notar que el valor de mercado de las empresas en bolsa era equivalente a 60% del PIB en 1986, contra el 110% observado en 1999.
Otra causa y efecto fue que iniciaba también el llamado Capitalismo Financiero, basado en los Bancos Mundiales o Prime Banks, Mercados OTC-over the counter- o sean descentralizados, y los nacientes y luego muy poderosos Hedge Funds { definidos técnicamente como el proceso de tomar posiciones en los mercados de futuros, para contra-restar la volatilidad de los mercados spot, basados en operaciones en corto o sea de venta y con fuertes apalancamientos de hasta 100:1}, Soros fundaba en esos años su famoso Soros Fund Management (SFM) y la Ivy League (Harvard, Yale, MIT, Princeton, Chicago y Stanford) establecían el Long Term Capital Management, este nuevo capitalismo llamado La Nueva Economía, estaba basado en la sintonía de los mercados financieros globales que iniciaban con los usos horarios en Japón, se trasladaban de inmediato a Hong Kong y luego a Singapur, quedaba luego un hueco que luego fue llenado, muy recientemente con la Bolsa de Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, continuaba luego hacia Johannesburgo, en Sudáfrica { muy limitada entonces por el boicot internacional al régimen racista}y luego iniciaban las Bolsas Europeas, para concluir en las grandes Bolsas de Nueva York, Chicago y Toronto, entonces ha quedado un hueco horario para que los brokers puedan reposar, al terminar NY, no había nada importante, hasta iniciar de nuevo en Japón. También iniciaban los nuevos instrumentos bursátiles de los derivados financieros (forwards, futuros, opciones, swaps, etc) que se movían muy fácilmente hacia los Paraísos Fiscales..
Cada vez son más los matemáticos, físicos y hasta biólogos que frecuentan los recintos de la Bolsa o trabajan en la elaboración de nuevos productos financieros. El 15% de los alumnos de las grandes escuelas científicas se están volcando a las finanzas, y la tendencia se afirma. Antes, los agentes de Bolsa solían basarse en su intuición y en parámetros tales como el crecimiento de los resultados, las perspectivas del mercado y la calidad de las direcciones empresariales, por ejemplo se utilizaban los métodos de análisis bursátil basados en el Dow Jones, en donde se visualizaban los movimientos de la bolsa con los movimientos del mar, así había fluctuaciones de plazo inmediato, los movimientos mensuales se comparaban con las ondas del mar y los anuales con las olas. Pero para analizar las tendencias de los mercados, los banqueros recurren con mayor asiduidad a métodos basados en esquemas tan sofisticados como la teoría del caos o del movimiento browniano, mientras reclutan especialistas en laboratorios y universidades. Tiempo atrás, matemáticos y físicos salían de la universidad para construir represas, concebir nuevos modelos de naves espaciales, estudiar los movimientos de las estrellas o enseñar teoría pura en las facultades. En cambio, hoy pasan sus días especulando sobre el dólar, que como nunca llega a los niveles de 1814 en donde se pagaban 2 dólares por libra esterlina, y la culpa la tiene George Soros que desde la segunda elección de Bush, en el año 2004, esta en corto, es decir vendiendo dólares, lo cual demuestra que su intuición de especulador que le dio fama en 1992 al derrotar a la poderosa libra esterlina y dejarla fuera de la orbita del Euro, esta ahora doblegando al poderoso billete verde, el más célebre especulador del mundo, de somera cultura matemática y cuyas decisiones de inversión son motivadas, en primer lugar, por intuiciones fundamentales sobre la situación económica o política de un país, es decir Economía Política Pura . No por nada estos matemáticos de las finanzas arrasan desde hace algunos años con los premios Nóbel de Economía (Markowitz, Miller y Sharpe en 1990; Merton, Scholes y Black en 1997, creadores de la formula mágica de los mercados de derivados Black and Scholes). ¿Cómo se llegó a esto? ¿Cómo se pasó, en algunas décadas, de un mercado de especuladores relativamente iluminados que se guiaban por la oportunidad y los chismes financieros, a mercados matemáticos , poblados de ingenieros para quienes la teoría de las probabilidades, las estadísticas, los modelos matemáticos, las optimizaciones, la ley de Gauss, las integrales estocásticas, los movimientos brownianos y los procesos aleatorios no tienen secretos? Las finanzas modernas tienen un objeto diferente: quieren explicar los fenómenos financieros e indicar las mejores decisiones a tomar para administrar las empresas y las carteras. Pero hay que empezar por lo básico, por ejemplo la Teoría de beta que nos marca la relación de la variación porcentual de la acción respecto a la variación del Índice S&P500, que significa que cuando tenemos una beta a la baja, significa una baja volatilidad o riesgo, es decir cuando el valor es menor que 1, mientras lo contrario significa que hay una beta elevada cuando es >1, por lo tanto la recomendación es crear un portafolio de inversión de betas bajas cuando el mercado esta muy activo o sea muy volátil (Bull) y lo contrario cuando se encuentra flojo o Bear. Los métodos empleados desde 1987 son cada vez más cuantitativos: Se basan en un modelo que permite el empleo de lenguaje científico, de razonamientos deductivos y de comprobaciones empíricas. Según los especialistas, los comienzos de las finanzas modernas se remontan a los años 60 o 70, al momento en que la escuela económica universitaria norteamericana -que retoma y desarrolla los trabajos efectuados a comienzos de siglo por el matemático francés Louis Bachelier- se interesa por el tratamiento científico de la evaluación de los riesgos, la utilización de modelos del desarrollo bursátil, e incluso por el cálculo de las expectativas de ganancias por medio de razonamientos de cálculo probabilístico fundados en la teoría de los juegos de Von Neuman y John Nash y el casino bursátil que luego contagia al de las commodities y el de las monedas. También en esa época aparecen los nuevos conceptos que habrían de permitir el desarrollo de los denominados derivados (opciones, contratos a término), que requieren del empleo de matemáticas avanzadas y que ocupan hoy un lugar considerable en el universo de los mercados financieros. Por el contrario, economistas norteamericanos de izquierda, como Paul M. Sweezy y Harry Magdoff, postularon la teoría de que el capitalismo monopolista norteamericano, en ausencia de períodos de guerra, tendía inexorablemente al estancamiento, como en los años setenta (después de Vietnam) y ochenta, tendencia que al consolidarse acentúa la disputa entre los monopolios, conduciendo a una concentración mayor del capital y a multiplicar la especulación. En un libro titulado Estancamiento y explosión financiera en Estados Unidos, publicado en 1988, explican el "desplome" de la bolsa de Nueva York de octubre de 1987. Allí concluyen premonitoriamente: "Por ser así las cosas, todavía puede resultar que el colapso de octubre no haya sido el último acto, sino sencillamente el preludio". En 1988 apareció otra obra inadvertida para muchos: Los poseídos de Wall Street. Su autora, la periodista francesa Dominique Nora, efectúa una penetrante descripción de uno de los fenómenos económicos más sobresalientes, propio también del momento por el que atraviesa el capitalismo monopolista: la querella en las bolsas de valores entre los grandes grupos especulativos por la propiedad de porciones significativas del capital y, en consecuencia, de la plusvalía que con ello acumulan. Su epicentro es Wall Street, el ombligo de los negocios del gran capital. La autora relata cómo una cauda bien adiestrada de abogados, administradores, economistas, especialistas en mercadeo y finanzas, detectives, firmas de corretaje, al servicio de los modernos buitres financieros, con el apoyo de bancos, fondos de pensiones y corporaciones, o en alianza con ciertos conglomerados, están al acecho de víctimas propiciatorias que, cuando son olfateadas, sufren los furiosos ataques, a través de lo que en su jerga conocen como "oferta hostil por sus acciones", el estilo de Carlos Slim.
Si la víctima cae, es devorada, literalmente, por los atacantes, despedazándola, dividiéndola, despidiendo personal (Downsizing) y, de esa forma, "rescatándola". La condición indispensable es que la presa tenga dificultades. Aparte de lo mencionado, se vive desde entonces una fiebre de adquisición de compañías de todo tipo y de fusiones entre colosos, fenómeno que se ha extendido a todos los grandes centros financieros. En los años noventa, al agudizarse la disputa al calor de la globalización, los pulpos han emprendido una gigantesca cruzada para tomarse las empresas públicas y privadas de la mayoría de países, especialmente de los llamados "emergentes". La apertura de los mercados de bienes y capital de los países del Tercer Mundo ha sido la herramienta clave para entrar a saco en sus economías. Rápidamente las bolsas de estos "mercados emergentes" han adquirido notoriedad, como las de Hong Kong, Singapur, Yakarta, Sao Paulo, Buenos Aires o Ciudad de México. La arrebatiña incluye la especulación con títulos de deuda, diferenciales cambiarios y otras operaciones. Mi maestro de Economía Política, Anwar El Shaikh, en su artículo EN EL CAPITALISMO SOBRA GENTE
ANWAR SHAIKH, escribía entonces”… Sabemos que esta enorme acumulación de la deuda le brindó al sistema un estado de salud ficticia, que fue prácticamente destruido por el crac de la Bolsa de 1987. Yo quiero volver a este punto cuando hablemos acerca de las diferencias, porque como sabemos el crac de la Bolsa de 1929 precipitó también un colapso de la economía productiva y del sistema bancario, mientras que en 1987 todos los gobiernos más importantes del mundo intervinieron inmediatamente para evitar que el crac de la Bolsa provocara un colapso del sistema bancario, porque éste hubiera llevado a un colapso en el sistema de la producción……….. Para continuar con las similitudes, el problema de si la crisis está marcada por un shock, por un colapso, como ocurrió en 1929, o si se extiende a lo largo de todo un período prolongado sin que hubiera un colapso puntual, corno pasó en los años 70 y 80, y también como sucedió en 1870 Y 1880; ese período fue conocido en su tiempo como 'la gran depresión". Es importante conocer los períodos históricos porque de esta manera no asociamos las grandes depresiones sólo con los colapsos tipo shock. De todas maneras, independientemente de que se desarrolle de manera abrupta o lenta, la situación se caracteriza por un fuerte aumento del desempleo, por un tremendo aumento de las desigualdades del ingreso, una caída muy grande del nivel de vida de los trabajadores y en general de la gente, una declinación de los precios de las tierras y de las acciones cuando se los ajusta por inflación, un enorme aumento en las quiebras de empresas y un aumento en la quiebra de bancos. Vemos estas características en las tres grandes depresiones. La gran depresión de 1873 a 1893, hace casi exactamente 100 años de la gran depresión actual; la gran depresión de los 20, 30 y 40 y, por supuesto, yo voy a sostener que también es una gran depresión la de los años 70, 80 y 90 de este siglo”.

A diferencia de Estados Unidos, el impacto del crack de 1987 en México fue mayor. Por un lado, la apreciación de las acciones fue mucho muy rápida: en los cinco años de Miguel de la Madrid y a septiembre de 1987, el valor de las acciones aumentó a una tasa real anual de 90 por ciento en promedio. De hecho, sólo en los doce meses previos el IPyC subió 411 por ciento. Esto fue fomentado por las tasas de interés reales negativas en el mercado bancario y de dinero. Consecuentemente, la caída fue brutal, ya que se acumuló una pérdida de 77 por ciento entre septiembre y diciembre de 1987.
La única caída comprable es la contracción de 45 por ciento real entre noviembre de 1994 y febrero de 1995. Es difícil discernir el impacto del crack en la economía mexicana por el de por sí difícil panorama macroeconómico de esos años. Pero un resultado evidente fue un profundo y duradero daño a la imagen del mercado de capitales nacional, con el consecuente retiro de de una parte importante de la base de inversionistas. Según datos de Nafin, entre 1987 y 1991 el número de cuentas en casas de bolsa cayó de 391,000 a 160,000 (hoy día apenas llega a 184 mil cuentas). En el libro “Cambio de rumbo”, escrito por el ex presidente Miguel de la Madrid, se revela que entre el 31 de diciembre de 1986 y el cierre de mayo de 1987 la bolsa había subido un 148 por ciento. El mercado accionario siguió apreciándose de manera mas acelerada hasta octubre, cuando alcanzó niveles sin precedentes. El ex presidente De la Madrid narra en la página 761 que luego del inicio de la jornada bursátil excepcionalmente activa ocurrida el lunes 5 de octubre, día siguiente a la postulación de Carlos Salinas de Gortari, las autoridades financieras ordenaron la suspensión de las actividades de la Bolsa por el lapso de una hora y media. “Como a las 11 de la mañana, Gustavo Petricioli me llamó para decirme que la Bolsa se estaba comportando de manera sumadamente irregular, desquiciada; que la gente quería comprar todo, a cualquier precio, y que este movimiento era tan severo que ya ni siquiera se podía atender físicamente a la clientela dentro de las casas de bolsa”. De acuerdo con De la Madrid, entre los analistas ya existía la opinión generalizada de que las acciones cotizadas en la Bolsa Mexicana de Valores estaban valuadas en exceso. “Sabemos que la Bolsa es tan pequeña que su control están en manos de unas cuantas personas, que seguramente se intercambian información privilegiada..léase Carlos Slim, Onesimo Cepeda, Roberto Hernández, Madariaga Lomelí, Harp Helu, millones de cuentahabientes en casas de bolsa perdió todo, por eso mantenemos que esos cracs redistribuyen la riqueza hacia los poderosos, quienes se hicieron mas poderosos, hoy los amos de México, y el único que pagó los platos rotos fue Eduardo Legorreta Chauvet, ¿Y el fraude del Grupo Havre, en donde estaba mezclado Manuel Camacho Solís?, Eduardo Valle (a) El Búho escribía, http://www.eluniversal.com.mx/columnas/vi_43885.html, o de nuevo PROCESO, “NO HUBO ESCRUPULO QUE FRENARA EL CRECIMIENTO DE LA OPERADORA DE BOLSA” por Fernando Ortega Pizarro quien escribía..”Si con Miguel de la Madrid había una relación amistosa, cordial, Eduardo Legorreta Chauvet mantenía una relación con Carlos Salinas de Gortari. Se tuteaban. El actual presidente lo invitó a celebrar su toma de posesión, el mismo primero de diciembre, en una cena privada en su casa. Fue una reunión selectísima. Allí estaban también: Fernando Gutiérrez Barrios, Pedro Aspe, Patricio Chirinos, Manuel Camacho Solís, Francisco Rojas y Luís Donaldo Colosio, del sector público, y los magnates Carlos Slim, Fernando Senderos, Claudio X. González, Antonio Madero Bracho, Carlos Hank Rohn y Miguel Alemán, con sus respectivas esposas””” en fin los casabolseros llegaron para quedarse con el gran pastel de los servicios financieros, por un parte y, después, apostaron y ganaron para la adquisición de la banca. Estos casabolseros no aprendieron a ser banqueros y, por el contrario, de ser dueños de sus negocios, pasaron a ser empleados de las trasnacionales que adquirieron la banca “mexicana”, durante el final de la administración de Ernesto Zedillo y el principio del periodo de Vicente Fox. PROCESO escribía en esos años (Miguel Cabildo y Fernando Ortega Pizarro) "El crac bursátil fue una gran mazorca, con muchos granos, pero con el tiempo se fue desgranando y quedó uno sólo, menor, que fue Eduardo Legorreta Chauvet", dice el juez tercero en materia penal, Miguel Olea Rodríguez, cuya sentencia de tres años y una multa de 13.5 millones de pesos contra el expresidente de la Operadora de Bolsa fue calificada por muchos sectores de "ridícula".



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